Si esta Metodología de Crecimiento Personal con Caballos, Bautizada en nuestros tiempos, por mi Maestro, como Método Centauro, cuyos orígenes legendarios se mencionan en la Biblia, ha llegado a nuestros días siendo presentada públicamente por la Universidad, entonces nos ha sido compartida para quedarse y mejorar las vidas de aquellas personas que la practican.
Desde tiempos inmemoriales, que son conocidos los efectos del caballo sobre las personas. El Equino ha sido, junto con el Fuego y la Rueda, uno de los elementos que ha permitido a nuestra cultura evolucionar hasta la actualidad.
El caballo empezó siendo alimento para la humanidad, posteriormente vehículo de tracción para trabajar y para desplazarse, y paralelamente a ello, siendo esto desconocido para una inmensa mayoría por motivos históricos, el caballo ha resultado ser uno de los seres que más han aportado en el ámbito del crecimiento personal. Este apunte, avalado por un legado de transmisión práctica de conocimientos de generación en generación, fue sabido por unos cuantos, fue practicado a puerta cerrada, y seguirá vigente para quienes lo sepan conservar y encontrar. Desde tiempos inmemoriales que fue descubierto en el caballo un potencial brindado por el universo para que, aquellos que reuniesen unas determinadas cualidades, pudiesen seguir evolucionando hacia su mejor versión como humano al servicio del mundo.
Dicha evolución tendría lugar mediante "El Caballo de batalla", expresión con numerosas connotaciones, que en verdad nace de dos arquetipos de caballos físicos; aquel caballo que entregaba la vida por su caballero en la batalla, y aquel caballo que por su especial temperamento y exigencia preparaba al caballero para la batalla, le entrenaba e incluso sacaría la vida a su caballero; Este último caballo hacía aflorar los peores defectos del caballero, tales como el miedo, la impaciencia, la soberbia... Si el caballero deseaba sobrevivir a las manifestaciones del segundo tipo de caballo de batalla, animal que le superaba en fuerza y contundencia, solo podía lograrlo con ayuda de sus mejores cualidades: la valentía, la paciencia y la humildad... Pudiendo ser limados los defectos del caballero únicamente con sus mejores cualidades.
Quien no ha escuchado antes, o le ha pasado que, ante sucesos de determinada índole, aflora lo peor y lo mejor de uno mismo. Lo peor para saber en qué fase nos encontramos y lo mejor para poder lidiar con ello y salir fortalecidos de la situación.
El caballo supone para un supuesto caballero, ese suceso significativo, ese estímulo activador, que libera la esencia, el verdadero ser, y que hace actuar al caballero desde su verdadero Yo por encima de la mentalidad y la corporeidad.
Imagine o Compruebe que es lo que pasa cuando usted se encuentra delante de un ser con el que gustaría comunicar, y que le supera en tamaño, envergadura, fuerza, y atención. Un ser que para interactuar con el de forma respetuosa y educada le obliga a ejercitarse en cualidades humanas tales como la humildad, la paciencia y la valentía.
¿Y si le decimos que ese ser podría ser, un caballo? El caballo puede ponerle a usted en la situación anteriormente citada, y deberá tener una conversación interior con usted mismo, deberá elevar su nivel atencional y ejercitar su nivel de consciencia si desea actuar con éxito.
¿Y si le compartimos que el caballo nos prepara para comunicar con un ser mucho más poderoso al que domeñar? Al fin y al cabo, debe saber que el caballo es un herbívoro dotado de una enorme sensibilidad, que tratado con dulzura y autoridad, que adiestrado con ciertos conocimientos en etología, normalmente, responderá complaciendo. No es una fiera a la que solo se tiene opción de domar y que en el momento menos pensado se puede girar en contra. El Caballo no es la fiera que radica en el interior de todos y cada uno de nosotros, y que es el peor y mayor enemigo de uno mismo y del mundo, el caballo, desde una perspectiva del Método Centauro, simplemente puede enseñarnos a identificar, convivir y Domeñar nuestra fiera interior.
¿Cómo nos puede ayudar? Siendo caballo nos obligará a Activar nuestra consciencia, nos exigirá autoliderazgo, nos mostrará nuestras cualidades, potenciando las mismas, y nos enfrentará a nuestros defectos ayudándonos a limarnos. Todo ello exclusivamente acontecerá si nos dirigimos al caballo, actuando de la forma más próxima posible a su idioma, y el Método Centauro recoge dicha forma, avalada por el paso del tiempo, por la eficacia demostrada en batalla, e incluso en la actualidad, por la ciencia.
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